sábado, 5 de septiembre de 2015

Mi primera infidelidad.

Un sábado cualquiera mi esposo y yo nos fuimos a bailar con otras tres parejas.

Ya dentro del bar, los ocho nos encontrábamos muy a gusto, bailábamos y tomábamos sin faltar las bromas picantes, de pronto los hombres se dirigieron al otro lado del bar para ver los deportes, quedándonos las tres mujeres solas, se acercaron varios hombres a sacarnos a bailar al principio las tres nos negamos, pero al fin nos animamos y bailamos con ellos, yo bailaba con uno de ellos el cual se puso muy atrevido, desde un principio me pegaba a su cuerpo para estar segura que yo sintiera su palo en mi cuerpo, al principio su forma atrevida me molesto y para la segunda vez yo ya me acostumbraba y lo sentía normal, en una de esas me dice.

-tienes un culo precioso, me gustaría cogérmelo. -Que dices atrevido? -Que me gustaría cogerte, Te molesta eso? -si, quien crees que soy? -Una mujer, el cual su marido está más interesado en los deportes que en su mujercita. -qué poca madre de cabrón, te equivocaste conmigo. -Estas segura? mira como me pones la verga bien dura nomas de estar abrazándote y bailando contigo. Y me pego a su cuerpo, y pude sentir su palo bien duro. -Dime que te gustaría tenerlo en medio de tus nalgas, a poco no te llama la atención? la quieres tener dentro de ti?

Quieres sentirla?. Me susurraba al oído y además me besaba, eso me comenzó a excitar, yo volteaba para buscar a mi marido y no lo veía voltee a ver a las demás mujeres y ellas estaban entretenidas con sus parejas bailando y me anime a seguirle el juego. -dime más, que te gustaría hacerme?. –

Te besaría los pechos, o simplemente cogerte y ya, lo que tu prefieras. -Y cuando te gustaría hacérmelo, vengo con mi marido. -Él está ocupado viendo el juego, podemos ir al estacionamiento y en mi carro lo hacemos. -Hummm eso me gusta. –

Te espero afuera. Él se retiró y yo me fui a sentar con las demás que me esperaban, en un rato me disculpe diciéndoles que saldría a fumarme un cigarro y que volvería enseguida, al salir del bar él estaba esperándome, me tomo de la mano y me llevo a su carro, cuando caminábamos, tenía una mano en mis hombros y me acariciaba un pecho y de vez en cuando me tocaba las nalgas, llegamos al carro volteamos para ver si no había alguien y vimos que estábamos solos, me sentó en la cajuela del carro y me comenzó a tocar, me besaba mi cara y con sus manos me tocaba las piernas ya que las tenía abiertas, me saco los pechos por encima del vestido  y me los mamaba, el peligro de ser vistos aumentaba mi excitación, de un tirón me arranco las pantaletas rompiéndolas, los tiro al piso, me acerque a su verga se la tome y la puse en la entrada de mi raja, me resbale para que entrara rápido, tenía miedo que nos fueran a agarrar ahí y así, al sentir su verga entrar, no pude y me movía con ganas él me comenzó a  coger con ganas, yo lo tenía abrasado y el tenía su boca en mis pechos, me mordía mis pezones, después de un rato así, me bajo del carro, me agache en la cajuela y levantando las nalgas, le permití que así me la metiera, después de metérmela por unas cuantas veces me la saco, yo tenía miedo que me los fuera echar en la raja, no estaba tomando pastillas,
 Yo le decía, -No me los vayas a dar dentro. Pero el tenía otra idea, me la saco y cuando yo creía que me la iba a meter de golpe de nuevo sentí de como todo se me nublaba de dolor, él muy cabrón me la metió dentro del culo, yo sentía desmayarme del dolor, pero no paro, seguía cogiéndome el culo, al poco rato ya no era dolor sino puro placer y yo misma movía las nalgas, hasta que los dos dando gemidos nos vinimos casi al mismo tiempo, me la saco del culo, se limpió y se fue dejándome ahí parada y aun con las piernas abiertas.

Me baje el vestido y me regrese al bar, al llegar con mis amigas, los hombres aun seguían viendo el juego, me senté con ellas me miraron como con burla, yo les sonreí pero no dijo nada, hasta que una dijo. -Que te gusto? ya sabemos a dónde fuiste. –No, no me gusto me encanto. Tiene una vergota pero que verga.

Al mucho rato llegaron los maridos nos levantamos y nos fuimos, al llegar a casa, mi marido se juntó a mí y me comencé a tocar y yo pensando en mi desconocido amante me deje llevar.


Nunca supe su nombre, no lo volví a ver más. Pero desde entonces me he vuelto infiel y de más está decir que me divierto.

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