domingo, 18 de mayo de 2014

La casada infiel.

¿Entiéndame por favor...si no fuera casada le haría caso.. Pero no debo...oh...!

Él me gustaba mucho pero como dije era fiel a mi marido, sin embargo eso a él no le importó y siguió acosándome.
_¡Por favor a ser solo amigos..! ¿Si?


Me deje besar por él y esa fue mi perdición porque al rato sin que yo protestara me llevaron al cuarto de un hotel y ahí me entregué a él.

-¡Espere.. me está poniendo nerviosa…no…no….aahhhhh…¡-

Cuando me di cuenta ya me tenía montada sobre su cosota y bien ensartada.

-¡Qué bárbaro…¡ ¡dijimos que solo seríamos amigos y mire como me tiene ya…aaahhhh…¡-

Me cogió como le dio su gana, no tuvo piedad de mí y me puso una cogida como nadie me la había dado, ni siquiera mi marido.

-¡Nunca había sido infiel a mi marido…aahhhhh… que rico siento….aaahhhhh….me está matando con esa cosota….aaahhhhhh….¡-

Me hizo sentarme en su vergota y me reventó toda, yo solita me daba de sentones en esa cosota tan rica y dura que tenía bien clavada en mis entrañas haciéndome venir una y otra vez y sacándome verdaderos gemidos de placer.

-¡Ya me la metió toda….aaahhhhh….ya me hizo suya….aaahhhhh….¡-

-¡Muévete putita…cómetela toda…así…así….aaahhhh…   ya te parché…aaahhh…¡-

Cuando termino de cogerme y de echarme sus mecos adentro, yo no podía creer que me hubiera comido tamaña vergota y él supo entonces que yo sería suya cada vez que él quisiera.

-¡Jamás me había comido nada semejante a esto…aahh..¡-

Toda cogida y llena de semen, me arrepentí de haberle dado las nalgas a ese hombre que ahora ya era mi amante, pero supe que de ahí en adelante él sería mi picador de planta.

-Goce como nunca con tu pitote…pero soy casada y quiero mucho a mi esposo…¡te imaginas si él se llega a enterar que ya me reventaron toda…?-

Duro cogiéndome dos años hasta que se fue y me dejo sin verga.

Pasaron como cinco años sin verlo hasta que una vez se presentó en mi casa, fue a buscarme ahí, donde vivía con mi familia, mi esposo y una niña de tres años.

-¡No…que hace usted aquí…¡-

Él supo en cuanto me vio que no lo había olvidado y ahí en mi propia casa me volvió a dar una cogidota como las de antes, yo estaba sola, mi marido se encontraba trabajando y mi hija en le kínder.

-¡Por favor…váyase…no…no…déjeme….aaahhhh…no me toque….aaahhhh…¡-

Me hacía la indignada pero en fondo deseaba volver a sentir aquella enorme cosota que él tenía, él sabía que su vergota aún me tenía toda pendeja y se aprovecho de eso para volver a cogerme.

-¡No sea malo…no se aproveche de mi debilidad…usted ya me hizo puta y yo soy decente…¡-

-¡Pero que rica estas putita…te sentó bien el que hayas sido mamá…¡ ¡a propósito…¡ ¿esa hija tuya no será mía…?-

-¡Nooo…es de mi marido…¡-

Y ahí en la sala de mi propia casa y en pleno día me desnudo y yo me deje, me sometí de nueva cuenta y me dispuse a ser suya de nuevo, y ya sin ropa, bien caliente y con ganas de probar su pitote de nuevo, me deje picar y me volvieron a clavar esa vergota.

-¡No…no…déjeme…por favor…esto no debe ser…se lo suplico….aaaaayyyyyy….aaayyyyyy….ya me la volví a comer toda….aaahhhhhh….¡-

Ya sin control de mi suplique por mas verga y me la dieron por todos mis hoyitos.

-¡Aaaahhhhh…..dame más…métemela toda…cógeme….hazme tuya otra vez….vuélveme tu puta de nuevo…aaahhhhh…¡-

-¡Te dije que te iba a gustar puta…¡-

Ese día duro metiéndome la verga una hora, misma que me dio por todos lados dejándome bien cogida.

-¡Me voy a venir…ya…ya…tómalos putita….aaahhhhh…me vengo…me vacío…aaahhhh…¡-
-¡No…no…adentro no…por favor no me los eches adentro…vente afuera por favor…aaahhh..¡-

A pesar de pedirle que no me inyectara sus mecos, el muy malvado se me vino adentro y me volvió a dejar bien rellene de leche.

Volvió a desaparecerse esta vez solo un par de días y fue de nuevo a mi casa donde ya me tenía otra vez a su disposición para hacerme suya.

-¡No…no…déjame…saca tu mano de ahí…aaahhhhh….¡-
No le importaba nada, solo hacerme suya.

-¡Ahhhh…no…por favor…nos va a ver mi hija….hoy no fue a la escuela y está en su cuarto…por favor no sigas…nos va a oír y se va a asomar…aahhh..¡-

-¡No importa…vamos a la cocina y ahí te la meto….¡-
-¡Pero es que nos va a escuchar…yo grito mucho cuando me lo haces…que tal que nos ve y que le voy a decir y nos encuentra cuando me tengas bien ensartada…¡-

De nada valieron mis protestas y me llevo a la cocina donde me pego al mostrador y ahí me subió la falda, me bajo los calzones y me la metió.

-¡Así…así…para bien la cola…si bien que te gusta que te meta la verga…eres bien putona y te encanta la verga….¡-

-¡No…no es cierto…yo no me deje coger por ti…tu me obligaste a dejarme coger…me lastimaste mucho la primera vez con tu cosota y me volviste tu puta desde entonces…¡-

Protestando y diciendo que no me volvió a coger, cuando me di cuenta ya estaba dándome de sentones en su vergota.-

-¡Aaaahhhhh…ya te cogí….¿ya vez como si eres puta y quería que te la dejara caer de nuevo..?-

¡-Sí…si…ya me moría de ganas por volver a sentir esa vergota dentro de mi….pero compréndeme…tenía que hacerme la difícil….aaahhhhh….¡-

Me volvió a romper mi panochita como la primera vez que me parcho, yo solita me daba de sentones en esa cosota viniéndome una y otra vez olvidándome de mi condición de mujer casada y decente.





De oir se antoja y de ver se afloja.

Era la fiesta de los trabajadores de la empresa que mi marido y otros socios poseían, todos estaban ahí en la pequeña fábrica, en el área de oficinas, varias esposas de los socios de mi esposo también habían asistido, en un determinado momento fui al baño que se encontraba en otra área y entré, estaba sentada en la tasa del abaño haciendo mis necesidades, cuando entraron dos chicas que trabajaban ahí, estaban algo tomadas y comenzaron a platicar entre ellas.

_Acabo de ir a buscar a Don Naty y lo encontré allá en su cuartito con la esposa del contador Martínez_dijo una de ellas, y la otra preguntó,_¿La Sra. Alejandra?-, _¡Si!,¡Ya ves que se ve tan decente!, ¡Pues don Naty la tenía hincada y la estaba haciendo que le mamará su vergota!_, _¡Canijo viejo, ya con esta se ha cogido a todas las esposas de los patrones!, ¡Yo creo que hasta a ti ya te la metió, ¡Verdad?_, preguntó la otra con cuierta malicia, _¿Como crees, si tiene una cosota enorme y a mi no me cabría eso!-

-¿Entonces porque fuiste a buscarlo?_, _¡Pues solo para platicar!_, contesto burlonamente una de ellas, _¡Si, para platicar, pero con su vergota!_, ambas rieron y salieron del baño, dejandóme con la duda sobre don Naty.

Don Natividfad era un señor de unos 60 años de edad que cuidaba y hacia las labores de limpieza de la pequeñafábrica, de cariño le decían Don Naty, vivía en uno de los cuartos de la parte trasera de la bodega, picada por la curiosidad fui a buscarlo con la esperanza de ver si era cierto que se estaba cogiendo a Alejandra, la esposa del contador Martínez, la cual tendría mi misma edad, 35 años, cuando llegué a la parte posterior de la bodega oí ruidos provenientes del cuarto de don Naty, mne asomé tratando de ue no me vieran y ahí los ví, en efecto, hincada frente a don Naty, que estaba sentado en un viejo sillón con las piernas abiertas y los pantalones hasta los tobillos, se encontraba Alejandra  comiéndose la verga más grande que yo hubiese visto, eran aproximadamente 25 cms. de dura carne que ella con mucho esfuerzo trataba de meter en su boca.

_¡Así, así, mamacita, trata de meterla toda en tu boquita, aahhhh!_, decía don Naty jalando de los cabellos a Alejandra, hundiéndole más y más aquella enormidad, la escena era por demás erótica, Alejandra sentada frente a él con su falda casi en la cintura y su blusa desabrochada dejando ver sus enormes pechos y en la boca, la cosota de don Naty, después ella sacándose la verga de la boca, la puso entre sus enormes pechos y juntándolos con ambas manos lo empezó a masturbar diciéndole:

_¡Vengáse don Naty, lléneme de leche las tetas, ahhhh!_, le dijo ella mientras seguía tallando la macana del señor, yo por mi parte sentí mis calzoncitos húmedos, me estaba mojando por aquella visión, hice ruido para alertarlos de mi presencia y vi cuando Alejandra se ponía rápidamente de pie acomodándose el brassier y abrochándose la blusa, bajándose la falda y retirarse apuradamente de ahí ante la súplica de don Naty:

_¡No me dejes así, espera, no es nadie, no te vayas, no puedes irte y dejarme casi a punto de terminar, ahhhh!_

_¡Si puedo regreso al rato!_, dijo Alejandra mientras se retiraba retocándose los labios con su lapiz labial, fue ahi cuando entré.



-Don Naty, me manda mi esposo a buscar…..¡oh,¡ ¿pero que es eso?,- pregunte yo viendo la cosota que sobresalía de entre las piernas y la cual el señor Naty tomaba con sus manos, viendo que no tenía escapatoria y tomado por sorpresa dijo.

-¿Esto?-,y me enseño su vergota, jaló el pellejo hacía abajo y apareció la enorme cabeza de esa descomunal macana, yo me quedé hipnotizada por ese hermoso pedazo de carne masculino, él supo al momento que otra puta mas sería víctima de esa enorme vergota.

Él se puso de pie y avanzó hacia mí con su verga bien parada, al llegar junto a mí su verga tocó mi falda a la altura de mi panochita manchándola con la babita que de esta salía, tomo mis manos e hizo que tocara su verga, ni con las dos manos daba cabida a esa monstruosidad de miembro, mi marido también la tenía grande, pero esta era fácil 10 cms.mas grande y mas gruesa, la cabeza semejaba una pelota de tenis, yo estaba en shock, no sabía que hacer.

-¡Dale unas mamaditas¡- pidió él mientras me hincaba frente a su verga, se la mamé, con trabajos me la pude meter en mi boca, él ya se encontraba casi a punto de venirse, tal vez por mis caricias bucales o porque Alejandra ya lo había puesto a punto, sin mas, que me levanta, me recarga en el viejo sillón y así empinada me subió la falda y de un jalón bajó mis calzones, temblé de pavor, el muy canalla me la iba a meter, me iba a coger Don Naty.

-¡Por favor Don Naty, no me vaya a lastimar, con cuidado, despaaahhhhhhh, aayyyyy, ya me la metió, aahhhhh¡-, grite cuando sentí que entraba primero la enorme cabeza de su verga abriendo al máximo mi puchita, después debido a lo mojado de mi panochita, entró lo demás, bastaron solo algunos empujones de esa fenomenal verga para que Don Naty me dijera que se iba a venir.

-¡Adentro no¡, por favor, ¡adentro no¡, me va a dejar panzona, yo no me estoy cuidando, aaahhhhh¡-, y muy a mi pesar cuando sentí las convulsiones de su miembro dentro de mí, me zafé justo cuando aquella manguera escupía chisguetes interminables de espeso semen que fueron a parar a mi cara, mi pelo y en mi blusa goteando después hasta mis piernas, estas se me doblaban ante el terrible esfuerzo de haber aceptado dentro de mí 28 cms. de carne de hombre.

-¡Que bárbaro es usted señor, mire como me dejo, llena de leche y con mi cosita bien abierta¡, ¿Cómo voy a llegar así con mi marido?- hablaba yo sola porque Don Naty ya se había sentado en su sillón y desde ahí me dijo.

-¡Mañana domingo viene para darle otra cogida, aquí la espero señora¡-
Me limpie como pude todo el semen del señor y al igual que la Sra. Alejandra me fui de ahí arreglándome para estar con mi marido, solo que Alejandra iba con el sabor de se verga en la boca y yo iba bien cogida y oliendo a leche de macho.

Durante la fiesta vi que Alejandra besaba a su marido y este le devolvía los besos que ella le daba sin saber que minutos antes la boca de su mujer había tenido la tremenda vergota de Don Naty, la fiesta termino y nos retiramos, al otro día, domingo, le dije a mi marido que iba al club a jugar tenis, sabiendo que él no me acompañaría lo invite y él se negó, salí de mi casa vestida con mi uniforme deportivo, falda, blusa y tenis blancos, así como mis pantaletitas del mismo color.

Me dirigí hacia la fabrica de mi esposo y al llegar toque el claxon, eran las 11 de la mañana, al momento Don Naty abrió la puerta del estacionamiento y pasé, estando en el estacionamiento él me trato con sumo respeto, pero al pasar hacia el área de oficinas, el cual por ser domingo permanecía vacio, me dijo.

-¿Entonces que puta, viniste por más?, ¿también a ti mi verga te dejó tonta?-, al tiempo que me tocaba las nalgas subiendo mi corta faldita, sin miramientos bajó mis calzoncitos y los aventó a un escritorio, después me quito la blusa y se prendió de mis pechos, mamándolos, mordiéndolos para por último quitarme la faldita quedando desnuda, solo con mis tenis y calcetas puestos, así desnuda me llevó por toda la fábrica, yo me sentía rara de andar encuerada por el lugar donde sabía al otro día estaría llenó de gente que me conocía y sabía que era una mujer decente y casada, de vuelta en el área de oficinas me acostó en el sillón de espera y se saco la verga dándomela en la boca para que se la mamara, se la mamé, se la chupe y trate de metérmela toda en la boca pero era imposible, después me abrió de piernas y me la metió, me estuvo metiendo la verga un buen rato haciéndome venir una y otra vez hasta que me dijo.

-¡Voltéate boca a bajo y parame bien el fundillo¡-
-¿Qué me va a hacer señor Naty?-, pregunte yo, temiendo que ese animal quisiera penetrarme por mi chiquito.

-¡Te voy a meter la verga por atrás¡-, contesto él mientras me volteaba y me tomaba de la cintura para que le parara las nalgas.

-¡No¡, ¡por favor, eso no¡, ¡me va a desgraciar mi colita¡,¡me va a romper¡, comprenda Don Naty, usted tiene la verga muy grande y gruesa y yo nunca me he comido nada así, mi marido no tiene ni la mitad de eso, por favor, se lo suplico, por ahí no¡- y trataba de quitarme para que su verga no se metiera en mi colita, pero él mañosamente untó aceite en mi colita, la cual mantenía apretada y cuando puso la punta de su vergota en mi anito, me dio una nalgada y al aflojar las nalgas la cabeza de ese animal entró en mi culito.

-¡Aaaayyyy, no, no, por favor, no, me duele aagghhhh¡-, pero de nada valieron mis ruegos, fue empujando centímetro a centímetro y dolorosamente su macana se fue perdiendo entre mis castigadas nalgas, -¡Aaaahhhh, piedad, piedad por favor, me esta matando, aaayyyyy….¡-, me quejaba lastimeramente ante ese señor que me rompía el culo como si fuera la primera vez, sentí un liquido caliente resbalar por mis piernas y supe que era sangre, el muy salvaje me había roto el culito, cuando toda aquella enormidad estuvo dentro de mí, el muy malvado me puso de pie, y con cada movimiento para hacerlo su vergota entraba mas y mas adentro de mí acomodándose en mis intestinos, cuando estuve de pie, con su verga ensartada en lo más profundo de mis entrañas, Don Naty me dijo que caminara hacía otra área, lo hice y la sensación de caminar con su palote bien metido en mi culito fue inenarrable, me trajo caminado ensartada por casi todas las áreas de la empresa, deteniéndose en cada una para darme tremendos empujones de chile, en algunas partes se sentó llevándome consigo y haciendo que me diera de sentones en su cosota que para esas alturas ya no me dolía tanto, en otras me pegaba a la pared y ahí empinada me bombeaba, era tal la fuerza de su vergota que casi me levantaba del piso con cada arremetida de verga que me daba, cuando llegamos a la oficina de mi marido yo ya no sentía las piernas, estaba agotada por la tremenda culiada de que era objeto y por los innumerables orgasmos que me había sacado, ahí en el escritorio de mi esposo me empino y me empezó meter y sacar su vergota con tal fuerza que sentí desmayarme, parecía como si me quisiera atravesar con su macanota.

-¡Aaaahhhhh,ya por favor, ya, me va a matar,ya déjeme, ya…aahhhh¡- dije al punto del desmayo, -¡Si, aquí en el escritorio del cornudo de tu marido te voy a llenar de leche putita, ahhhhh¡-, y al decir esto empezó a inyectarme tal cantidad de semen que mi culito incapaz de contenerlo lo dejaba salir por los bordes de mi abierto y lastimado anito, -¡Ya , ya, así así, ya te llené el culo de leche, ya te lo revente putita barata, otra mas que le rompo el culo, aahhhhh¡-, y se quedo pegado a mi hasta que su verga perdió dureza y salió de mi maltrecho fundillito, fueron 30 minutos de estarme dando por atrás, cuando por fin su verga abandono mi colita, esta estaba exageradamente abierta, era un hoyo sin fondo.

-¡Me dejó bien abierta mi colita, ya no se me cierra, salvaje, bruto, que le voy a decir a mi esposo si se da cuenta de cómo me dejó ahí, además me duele mucho, salvaje, me rompió toda….¡-le decía sobándome mi colita toda adolorida, me vestí como pude y me fui a mi casa, al llegar no podía caminar bien, sentía la vergota de Don Naty en mi colita y eso hacía que caminara raro, cosa que noto mi marido y me pregunto, a lo que contesté que me había lastimado la cadera durante mi practica de tenis.

El lunes que fui por mi marido esperando en el estacionamiento se acercó Don Naty y respetuosamente me pregunto

-¿Cómo amaneció la señora?-, a lo que conteste,-Adolorida, creo que dormí mal y me duele la cadera-, le dije mientras sonreía, a lo que él contesto,-La espero el sábado para darle un remedio para sus dolores-,-¡Aquí estaré¡-, le replique mientras veía el enorme bulto que se había formado en sus pantalones en la entrepierna. 

El tío de mi novio.

Faltaba casi un mes para que nos casáramos Beto y yo, mi prometido tenía 21 años y yo apenas acababa de cumplir los 18 años, nuestros padres no estaban muy conformes con que nos casáramos pero como todo joven que no escucha consejos, lo íbamos a hacer dentro de un mes.

Por insistencia de su madre fuimos a entregarle la invitación de nuestra boda al tío Roque, hermano de la mamá de mi prometido, un tipo de unos cincuenta y tantos años, viudo y de aspecto atractivo a pesar de su edad, estando en su casa noté como su mirada estaba dirigida hacia mis piernas ya que llevaba puesta una falda que sin ser corta, dejaba admirar mis blancos y torneados muslos y también veía con insistencia mi escotada blusa que dejaba ver el nacimiento de mis pechos, cuando mi novio fue al baño y quedé sola con el señor, él intencionalmente tiró al suelo la cuchara con la que meneaba su café y cuando estaba agachado recogiéndola volteó descaradamente hacia mis piernas tratando de ver en medio de ellas, yo las cerré inmediatamente pegando mis rodillas a fin de que él no viera nada, cuando se levantó me miro con una sonrisa en su cara y prosiguió su plática como si nada hubiese pasado, cuando nos retiramos, el tío le dijo a mi novio que abriera la puerta del jardín, mi novio se adelantó y fue cuando el señor me tocó el trasero sobando mis nalgas, quise decirle mil cosas pero sabía que eso le traería molestias a mi prometido y no dije nada, le lance una mirada de enojo al señor mientras él volvía a sonreír cínicamente.

No lo volví a ver hasta que faltando 15 días para la boda, la familia de mi novio hizo una fiesta en la que estaban presentes familiares y amigos, yo había invitado a mis compañeros de escuela entre los que estaba un antiguo novio el que me gustaba mucho porque estaba bien guapo, durante la fiesta también vi al tío Roque, el cual miraba con descaro mi cuerpo cada que pasaba junto a él.

No supe como paso pero mi antiguo novio se despidió y yo me ofrecí a encaminarlo a la salida, la casa de los padres de mi prometido es de las casa antiguas por lo que tiene un amplio jardín al frente cubierto de espesos árboles, mi anterior novio estaba algo tomado y cuando estuvimos solos me pidió de despedida que lo besara ya que dentro de poco sería una mujer casada, accedí y cuando me estaba besando, me empezó a tocar mis nalgas por debajo de mi vestido hasta llegar a mis calzoncitos y tocarme sin ningún obstáculo, yo me resistía y fue cuando apareció de la nada el tío Roque, en el momento en que me sacaba las manos de debajo de mi vestido y mi ex-novio se retiraba apresuradamente, él se quedo admirando mis nalgas apenas cubiertas por mi calzón ya que con las prisas el vestido se me había atorado en el elástico de mis calzoncitos y yo no atinaba a hacer nada por los nervios de saberme sorprendida en tan incómoda situación.

Don Roque me miro de arriba abajo y dijo que si no quería que mi prometido supiera nada tendría que acceder a sus peticiones, no supe que contestar y baje la mirada aceptando mi destino, él supo que me tenía en sus manos y sin mas me abrazo y comenzó a tocar descaradamente mis pechos con una mano y con la otra mi panochita, tocaba mis muslos y cuando puso su mano en mi montecito, hizo a un lado el calzón y metió su dedo en mi panochita, yo mientras tanto sollozaba y le pedía que no lo hiciera, esto siguió hasta que él se saco su miembro y me dijo que primero lo tocara para después obligarme a que le diera una mamada, y ahí en la puerta que da a la calle, entre los arboles del jardín, le mamé la verga a Don Roque. 

Cuando entré de nuevo a la casa, mi prometido ya me estaba buscando, iba yo con el sabor del semen de Don Roque en la boca, pero eso no era lo que me tenía preocupada, ese señor me había citado en su casa al otro día para cogerme, así me lo había dicho, con la amenaza de contarle a mi novio de mi desliz con me ex y también con la amenaza de decirle que su noviecita santa le había mamado la verga a su tío y se había tragado su leche.


Toda la noche estuve pensando y sería por mi juventud que no supe que hacer y al otro día fui a casa del tío Roque, y como él dijo, me cogió, me culeo e hizo conmigo lo que le dio su gana, ese malvado me llevo a la cúspide del placer, su miembro me volvió loca, y no era por su tamaño ya que lo tenía igual al de mi novio aunque un poco mas grueso, me hizo venir infinidad de veces hasta que yo misma le pedía más, me llevo por caminos desconocidos del placer, fui una muñeca en sus manos, me hizo su esclava sexual, el día de la boda iba yo bien cogida por él, antes de que mi mamá me vistiera con mi vestido de novia, en la mañana corrí a la casa de Don Roque y nuevamente me volvió a dar una tremenda cogida y con esa sensación, me casé, ahora ya casada el muy malvado me coje en su casa y le habla a su sobrino, o sea a mi marido y mientras él espera en la sala a mí me mete la verga una y otra vez, cuando mi marido se va, después de platicar con él y contarle que en la recamara lo espera una vieja que se anda comiendo, vuelve para seguir metiéndome su rica verga, a veces viene a casa y mientras espera a mi marido me da unas ricas cogidas, aún estando mi esposo mientras lavo los trastes y mi marido sale a comprar algo, él se acerca por atrás, me levanta la falda o me baja el pantalón y me mete su deliciosa verga, es excitante coger con él, con el peligro de ser descubiertos por mi marido o por alguien mientras me vengo una y otra vez.

Lo que empezó como un chantaje, termino con las suplicas de mi parte por recibir las cogidas del tío Roque, no me arrepiento por ser así, sé que algún día esto terminará y entonces si seré solo de mi marido, mientras tanto seguiré dándole las nalgas al tío de mi esposo. 


Me cogió el taxista.


Lo que voy a contar me ocurrió hace no mucho. Yo vivo en el Distrito Federal, tengo 19 años, me considero bonita y tengo buen cuerpo, nada exuberante realmente, pero delgada y con cintura marcada. 

Ese día había tenido una actividad extra de la uni y había terminado como a las 8:30 de la noche, yo llevaba un vestido arriba de la rodilla ya que últimamente hacía mucho calor en las noches. No estaba muy segura de cómo volver desde ahí en transporte publico, además de que ya era bastante tarde y no quería llegar tarde a mí casa. Decidí tomar un taxi, ya que casi no había trafico.

Abordé el taxi en una esquina de la calle; siempre que tomo un taxi me fijo en el conductor antes de subirme pero con las prisas no le di importancia. Me subí en el asiento junto al conductor y le dije un "buenas tardes", el me devolvió el saludo y lo miré. Era un hombre de unos cuarenta y tantos años, gordo, con barba de algunos días. 

- A dónde la llevo?- Me preguntó. 
Le indique mi dirección y siguió avanzado. En algunos altos yo notaba como me miraba, me asustaba un poco pero igual no dije nada, solo quería llegar a mi casa. Durante el camino fui fijándome cómo nos íbamos pero la verdad no me servía de mucho porque no ubicaba esas calles. 

El taxista no tardó en hacerme platica. 
-Parece que más adelante ya empieza el trafico- Me miró y me sonrió.
-Sí parece que sí...- Yo le devolví la sonrisa por mera amabilidad 
-Mejor daré vuelta aquí para que no llegué tarde a su casa. 
Él dio la vuelta en la siguiente calle y me asusté un poco pero no le dije nada porque igual no sabía dónde estaba. 

-¿Viene de la escuela, señorita?- me preguntó
-No, es que hicimos un trabajo extra y acaba de terminar. 
-Ya es algo tarde para que ande sólita una mujercita tan bonita no?
Para entonces habíamos alcanzado un alto y luego de decirme eso puso su mano en mi rodilla. Yo fingí que no había pasado nada y solo lo miré y le dije "Jajaja, sí creo que un poco", y miré al lado contrario. 

El no quitó su mano y yo seguía sin decirle nada al respecto. No tardó mucho en empezar a moverla de arriba hacía abajo alrededor de mi rodilla. Pasaron como 5 minutos cuando miré el taximetro; ya casi había llegado al limite de dinero que llevaba conmigo y pensé en que haría. Podía bajarme ahí mismo pero igual no podría seguir caminando, o podría seguir y pedirle que me esperara para entrar a mi casa por más dinero una vez que llegáramos. Opté por decirle que me bajaba y ya me las arreglaría yo, de paso podría bajarme y él ya no seguiría acariciandome la pierna.

-Oiga creo que ya me bajaré aquí, la verdad es que ya no traigo más dinero y si no no le voy a poder pagar. 
-No te preocupes mi reina, ya nos arreglamos cuando te deje en tu casa.

Yo estaba un poco inquieta, pero solo le dije "Ah bueno gracias" y seguimos en el camino. Cuando le hable para decirle que me bajaba ahí él ya había quitado su mano, quizá pensó que le reclamaría, pero nuevamente volvió a ponerla. 

- Tienes unas piernas preciosas, mi amor
Yo solo sonreí incomoda.
Luego de esto, en el siguiente alto él taxista comenzó a subir su mano por mi pierna hasta llegar a mi concha. Di un respingo y evitaba mirarlo. 
Al ver que no hice nada nuevamente,tomó confianza y sentía cómo me acariciaba. Inconscientemente yo separé más las piernas y el no se hizo esperar: con su mano hizo a un lado mi bikini y comenzó a introducir un dedo en mi coño. 

-Mmmm estas muy mojadita, princesa
Yo evitaba gemir pero francamente me estaba gustando mucho. Él continuo moviendo sus dedos hasta que llegamos a otro alto, dejó de tocarme y en su lugar se desabrochó el pantalón y sacó su miembro. Era de buen tamaño pero sobre todo muy gordo.

-Me vas a ir pagando el dinero, mi amor, quiero que me la chupes. 
Yo lo mire asustada pero no tenía de otra, lo mejor era que lo hiciera para que terminara y ya no me hiciera nada más. 

Baje la cabeza y mientras el seguía manejando yo metía y sacaba su verga de mi boca, o al menos lo que podía. No paso mucho tiempo cuando noté que ya no avanzábamos. Al parecer se había estacionado en algún lugar apartado porque yo no escuchaba ruido en la calle. 

Me asusté un poco nuevamente, no sabía qué hora era ni dónde estábamos, por lo que se la chupaba más rápido para que terminara y pudiera irme. Él me tomaba del cabello y me movía la cabeza muy brusco.

-Ahhh así, sigue así puta. Como te gusta mamar verga... vas a hacer que me corra puta... ahhhh mmmm, tragatelo... me corro ahhh...

Sentí como sus chorros de semen me llenaron la boca y no tuve de otra más que tomarmelo todo. 
Una vez que paso me incorporé y me acomodé el cabello. Creí que arrancaría el taxi pero lo que vi fue que se bajo y se dispuso a abrir la puerta del copiloto. 

-Bajate, zorrita. 
No dije nada y me bajé, estaba preocupada, creí que me dejaría ahí. 

-Vamonos por favor, debo llegar a mi casa. 
-No mi amor, me vas a pagar ahorita lo que me debes y lo que falta, esto solo fue una parte. 
-No por favor, vuelvo a chuparsela pero solo eso. 
-No te estoy preguntando, puta

Me tomó del brazo y me llevo al frente del carro, me empujó sobre el cofre y quedé boca arriba. Su verga ya estaba completamente dura de nuevo y sabía que lo peor estaba por pasar.
-Basta por favor, no!.- Yo estaba forcejeando por bajarme pero él me tenía bien agarrada de ambos brazos contra el cofre. 
-Mira como me tienes puta, de aquí no te vas hasta que no acabes lo que empezaste y me pagues el viaje. 
-Por favor, cualquier cosa menos eso
-Te voy a coger bien rico y hasta me vas a pedir más, puta.

Estaba a punto de gritar pero me dio una cachetada y luego me cubrió la boca con su enorme mano. 
-Mira zorra, que ni se te ocurra gritar si quieres llegar bien a tu casa ¿Me entendiste?
Asentí, tenía miedo de lo que pudiera hacerme y no me quedaba más que resignarme. 
-Te voy a quitar de la mano y pobre de ti si gritas
Asentí nuevamente. 

-Ahora sí mi amor, te voy penetrar bien rico ese coñito 
Me tomó de las caderas y se acercó más a mí . Tuve que contener un grito cuando de un golpe me metió todo su miembro. Sentía que me había perforado el útero.
No le costó mucho trabajo porque yo aún estaba algo mojada. 
Comenzó con se mete saca frenético, me sentía como toda una perra en celo. Sus huevos chocaban contra mis nalgas y cada vez sentía que me embestía más duro.

Continuo cogiendome así, me había bajado lo suficiente el escote del vestido para sacar mis pechos, los chupaba y mordía. 
-Mmmm ahhh estas bien rica puta, mmmm tu concha me aprieta bien rico la verga. 
No tarde mucho en resignarme y empezar a sentir placer con la cogida que estaba metiendome ese taxista. Estaba conteniendo mis gemidos para que no notara que me gustaba lo que me hacía, pero cada vez me mojaba más y más.

-Ahora te voy a coger como la perra que eres. 
Sacó su verga y me dio la vuelta, quedando mis pechos contra el cofre del taxi. 
Apenas me tuvo así me perforó el coño tan brusco como la primera vez y no pude evitar soltar un gritito. 
-Mmmm
-Te gusta cómo te cojo verdad puta?
-Sí me gusta, ahhh, mmmm...
Ya no me importaba que lo notara, estaba completamente perdida y solo sentía su verga entrar y salir. 
-Pinche zorra, me vas a sacar toda la leche. Pideme que te coja más duro, puta.
-Sí, mmmm cogeme más duro, por favor... mmmmmmm

Siguió cogiendome como a un animal otro rato que me pareció eterno. 
-Ya voy a correrme, puta
-No por favor, dentro no, termina afuera
-No zorrita, te voy a llenar de leche tu conchita, mmmmm
-Por favor donde sea menos adentro. 
-Te voy a embarazar, cabrona... 
-Aaaahhhh no, por favor, sacala
-Aaaaggggh me corro...!

Sentí toda su leche caliente llenarme, parecía que nunca iba a dejar de salir y cuando sacó su verga su semen empezó a escurrir y me manchó un poco el vestido.

Luego de eso me hizo limpiarle la verga. Nos subimos al taxi y por suerte cuando llegué no había nadie en mi casa. 
No quedé embarazada ni me contagio nada, pero me gustaría volver a encontrarmelo.

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