domingo, 18 de mayo de 2014

El tío de mi novio.

Faltaba casi un mes para que nos casáramos Beto y yo, mi prometido tenía 21 años y yo apenas acababa de cumplir los 18 años, nuestros padres no estaban muy conformes con que nos casáramos pero como todo joven que no escucha consejos, lo íbamos a hacer dentro de un mes.

Por insistencia de su madre fuimos a entregarle la invitación de nuestra boda al tío Roque, hermano de la mamá de mi prometido, un tipo de unos cincuenta y tantos años, viudo y de aspecto atractivo a pesar de su edad, estando en su casa noté como su mirada estaba dirigida hacia mis piernas ya que llevaba puesta una falda que sin ser corta, dejaba admirar mis blancos y torneados muslos y también veía con insistencia mi escotada blusa que dejaba ver el nacimiento de mis pechos, cuando mi novio fue al baño y quedé sola con el señor, él intencionalmente tiró al suelo la cuchara con la que meneaba su café y cuando estaba agachado recogiéndola volteó descaradamente hacia mis piernas tratando de ver en medio de ellas, yo las cerré inmediatamente pegando mis rodillas a fin de que él no viera nada, cuando se levantó me miro con una sonrisa en su cara y prosiguió su plática como si nada hubiese pasado, cuando nos retiramos, el tío le dijo a mi novio que abriera la puerta del jardín, mi novio se adelantó y fue cuando el señor me tocó el trasero sobando mis nalgas, quise decirle mil cosas pero sabía que eso le traería molestias a mi prometido y no dije nada, le lance una mirada de enojo al señor mientras él volvía a sonreír cínicamente.

No lo volví a ver hasta que faltando 15 días para la boda, la familia de mi novio hizo una fiesta en la que estaban presentes familiares y amigos, yo había invitado a mis compañeros de escuela entre los que estaba un antiguo novio el que me gustaba mucho porque estaba bien guapo, durante la fiesta también vi al tío Roque, el cual miraba con descaro mi cuerpo cada que pasaba junto a él.

No supe como paso pero mi antiguo novio se despidió y yo me ofrecí a encaminarlo a la salida, la casa de los padres de mi prometido es de las casa antiguas por lo que tiene un amplio jardín al frente cubierto de espesos árboles, mi anterior novio estaba algo tomado y cuando estuvimos solos me pidió de despedida que lo besara ya que dentro de poco sería una mujer casada, accedí y cuando me estaba besando, me empezó a tocar mis nalgas por debajo de mi vestido hasta llegar a mis calzoncitos y tocarme sin ningún obstáculo, yo me resistía y fue cuando apareció de la nada el tío Roque, en el momento en que me sacaba las manos de debajo de mi vestido y mi ex-novio se retiraba apresuradamente, él se quedo admirando mis nalgas apenas cubiertas por mi calzón ya que con las prisas el vestido se me había atorado en el elástico de mis calzoncitos y yo no atinaba a hacer nada por los nervios de saberme sorprendida en tan incómoda situación.

Don Roque me miro de arriba abajo y dijo que si no quería que mi prometido supiera nada tendría que acceder a sus peticiones, no supe que contestar y baje la mirada aceptando mi destino, él supo que me tenía en sus manos y sin mas me abrazo y comenzó a tocar descaradamente mis pechos con una mano y con la otra mi panochita, tocaba mis muslos y cuando puso su mano en mi montecito, hizo a un lado el calzón y metió su dedo en mi panochita, yo mientras tanto sollozaba y le pedía que no lo hiciera, esto siguió hasta que él se saco su miembro y me dijo que primero lo tocara para después obligarme a que le diera una mamada, y ahí en la puerta que da a la calle, entre los arboles del jardín, le mamé la verga a Don Roque. 

Cuando entré de nuevo a la casa, mi prometido ya me estaba buscando, iba yo con el sabor del semen de Don Roque en la boca, pero eso no era lo que me tenía preocupada, ese señor me había citado en su casa al otro día para cogerme, así me lo había dicho, con la amenaza de contarle a mi novio de mi desliz con me ex y también con la amenaza de decirle que su noviecita santa le había mamado la verga a su tío y se había tragado su leche.


Toda la noche estuve pensando y sería por mi juventud que no supe que hacer y al otro día fui a casa del tío Roque, y como él dijo, me cogió, me culeo e hizo conmigo lo que le dio su gana, ese malvado me llevo a la cúspide del placer, su miembro me volvió loca, y no era por su tamaño ya que lo tenía igual al de mi novio aunque un poco mas grueso, me hizo venir infinidad de veces hasta que yo misma le pedía más, me llevo por caminos desconocidos del placer, fui una muñeca en sus manos, me hizo su esclava sexual, el día de la boda iba yo bien cogida por él, antes de que mi mamá me vistiera con mi vestido de novia, en la mañana corrí a la casa de Don Roque y nuevamente me volvió a dar una tremenda cogida y con esa sensación, me casé, ahora ya casada el muy malvado me coje en su casa y le habla a su sobrino, o sea a mi marido y mientras él espera en la sala a mí me mete la verga una y otra vez, cuando mi marido se va, después de platicar con él y contarle que en la recamara lo espera una vieja que se anda comiendo, vuelve para seguir metiéndome su rica verga, a veces viene a casa y mientras espera a mi marido me da unas ricas cogidas, aún estando mi esposo mientras lavo los trastes y mi marido sale a comprar algo, él se acerca por atrás, me levanta la falda o me baja el pantalón y me mete su deliciosa verga, es excitante coger con él, con el peligro de ser descubiertos por mi marido o por alguien mientras me vengo una y otra vez.

Lo que empezó como un chantaje, termino con las suplicas de mi parte por recibir las cogidas del tío Roque, no me arrepiento por ser así, sé que algún día esto terminará y entonces si seré solo de mi marido, mientras tanto seguiré dándole las nalgas al tío de mi esposo. 


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